miércoles, 11 de agosto de 2010

MARTIN FIERRO

Siglo y medio… y tan lozano como cuando es publicado. Sus épicas estrofas adquieren la estatura del Poema del Cid y “Canto General” y, como puente entre uno y otro, “La Araucana”. En 1872 se edita aquel cantar de gesta pampero, rioplatense, suramericano y universal. No se equivoca Martí al manifestar: “Se rompen la cabeza nuestros paisanos con La Odisea. No es necesario buscar a Ulises en la Grecia de los arcontes. Está allí, palpitante, en ese texto de José Hernández”. Hoy, el más ilustrado y el más neófito, se estremecen con sólo leer sus versos iniciales.

El texto narra la rebelión del gauchaje contra la alambrada y el latifundio. Se trata de literatura militante. Su autor es hombre de tribuna y barricada, de pluma y sable, de pensamiento y acción. Fierro –gaucho manso y después gaucho matrero- es el Quijote de los campesinos desvalidos. Jinete en veloz pingo vive su ventura, aventura y desventura en el escenario ilimitado de la pampa. Esa obra constituye un compendio de sabiduría rural, un alegato político y una protesta lírica. Estamos ante una maciza obra de arte que es patrimonio del mundo hispánico.

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