Colega perezoso... da clase sentado, frontalmente y apoyado en el texto. |
Los estribillos anotados sirven de escudo a los progenitores para enjuiciar la labor del plantel y, en no pocas ocasiones, humillar al profesor. En su origen los difunden quienes son ajenos a la profesión docente, en particular psicólogas norteamericanizadas, remotas discipulas del Dr. Spock. Son reverenciadas por docentes -enfermos de complejo de inferioridad- los cuales les asignan un prestigio que no ameritan. Otros pontifices son colegas distanciados del aula que -a veces con el respaldo de un partido político- se atrincheran tras los escritorios de una oficina de la cartera del rubro. Los slogans enumerado permiten exhibir cáscara de "modernos" y lapidar a quienes se oponen como "megaterios". Desde mis estudios, experiencias y sentido común tales frases clichés son rieles que precipitan el sistema a la catástrofe y sogas que ahorcan a los mismos educadores.
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