4 siglos y... vigente. Eso es alcanzar el rango de
clásico. No es un best seller que -al cabo de un lustro- ya nadie lee ni
menciona. Todo lo contrario, la magna obra
de la Hispanidad perdura como hito fundacional y perpetuo referente.
Tras sus capítulos está el españolísimo don Miguel que fue hombre de pluma y
espada. Sirve a su patria en guerra de liberación contra el imperialismo turco.
Se destaca en el combate de Lepanto y un arcabuzazo lo torna manco. En otro
entrevero es capturado y permanece en mazmorra. Ya de regreso a casa solicita,
con insistencia, un modesto cargo municipal en la actual Bolivia: “no lo pescan
ni en bajada”.
El texto cumple 400 años y el
Quijote continúa galopando en Rocinante. Marcha desde a“aquel lugar de la Mancha de cuyo nombre nadie quiere acordarse”. Es un
hidalgo, según se informa, “de lanza en astillero, adarga antigua y
galgo corredor”. Las aventuras y desventuras de su autor se coronan con la
ventura de legar, a la macronación extendida de Alcalá de Henares a
Manila, un libro que es bandera en la
campaña por nuestro sello identitario amenazado por otro Imperio Otomano. Desde
la patria de Gabriela se saludan aquellas venerables y simpáticas páginas y,
con tinto, brindamos por Cervantes a propósito de la Hispanidad
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