Este es uno de los varios aciertos de Mauricio Valenzuela Castro, asesor de CEDECH, periodista y fotógrafo. Lo bautiza "escolares criollas". Capta un trío de "frutos del país" que reunen rasgos típicos de la chilenidad y con ellos la inocencia de la infancia femenina.
Dudamos de la condición mixta de las escuelas. Ello porque al extenderse a 8 años los estudios hay un despertar sexual que las expone a embarazos prematuros e indeseados. Esas "escolares criollas" no se merecen ese percance.
La imagen es motivo también para reiterar nuestro repudio al abuso que suelen padecer los menores. Se reclama vigorizar la familia y endurecer las penas a los corruptores así como a los traficantes de pornografía infantil.
A quienes se atreva a abusar de niñas -como las fotografiadas por Mauricio- sean hetero, homo, bi o trans -célibes o casados- debemos atarles al cuello una rueda de molino y sepultarlos en el mar. Imposible eludir responsabilidades en esta esfera.
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