Los restos del exmandatario han sido exhumados varias veces. Una es al inaugurarse la democracia. Se extrae su ataud del camposanto de Viña del Mar, para efectuar funeral de Estado en Santiago. Ahora –una vez más- se abre la tumba para someterlos al dictamen de los peritos forenses. La familia exige que la Justicia intervenga para establecer las causas de su deceso. Debe recordarse que en primer momento en encendida arenga Fidel Castro habla de magnicidio. Sin embargo, después se imponen los testimonios de sus médicos de cabecera quienes sustentan la tesis del suicidio que también hicieron oficial las FFAA. De verdad no es fácil atribuirla a los uniformados dado que éstos no logran apoderarse de La Moneda y sólo ingresan a ella tras la rendición de un puñado de defensores encabezados por el Presidente. Lo anotado reabre heridas y también polémicas.
Constituye dato importante recordar que Allende enfrenta tenaz oposición. Al comienzo hay un “veranito de San Juan”, pero después la arremetida es contundente. Con apenas un tercio del cuerpo electoral intenta imponer un modelo a la mayoría. Ahora su hija Isabel reconoce el error y alude a “la locura colectiva” que afectara al allendismo. La DC y la mitad del radicalismo se asocian a la derecha en el CODE. La mayoría el Congreso niega legitimidad a la gestión presidencial. La Contraloría y el Poder Judicial están en idéntico pié. Las FFAA manifiestan malestar. El Presidente queda solitario. En la UP –y en particular en el PS- se imponen los “termocéfalos” con su estilo autoritario. Incluso el PC, quizás “trabajado” por La Habana, a mediados de 1972, cede. Su aparente “sensatez” se evapora. Aquellos “ultrones” –se sabe- el “Once” sustituyen la consigna “avanzar sin transar” por “huir sin parar”. La militancia de base sin liderazgo, padece la indefensión y represalias tan injustas como sobredimensionadas.
Constituye dato importante recordar que Allende enfrenta tenaz oposición. Al comienzo hay un “veranito de San Juan”, pero después la arremetida es contundente. Con apenas un tercio del cuerpo electoral intenta imponer un modelo a la mayoría. Ahora su hija Isabel reconoce el error y alude a “la locura colectiva” que afectara al allendismo. La DC y la mitad del radicalismo se asocian a la derecha en el CODE. La mayoría el Congreso niega legitimidad a la gestión presidencial. La Contraloría y el Poder Judicial están en idéntico pié. Las FFAA manifiestan malestar. El Presidente queda solitario. En la UP –y en particular en el PS- se imponen los “termocéfalos” con su estilo autoritario. Incluso el PC, quizás “trabajado” por La Habana, a mediados de 1972, cede. Su aparente “sensatez” se evapora. Aquellos “ultrones” –se sabe- el “Once” sustituyen la consigna “avanzar sin transar” por “huir sin parar”. La militancia de base sin liderazgo, padece la indefensión y represalias tan injustas como sobredimensionadas.
En el PS de entonces, oponiéndose a la “línea” oficial, opera una tendencia demonacionalista que critica el “guerrillerismo” y cuestiona no sólo el chantaje y la presión de EEUU, sino también los cabildeos prosoviéticos y filocubanos de la cúpula. Opera de modo discreto por temor a sanciones. La denominamos "la otra Oposición". Es la cual, un decenio después, funda el CEDECH. Sostiene: el programa de la UP está rebasado y la sustentación social disminuye. Advierte: el país está entre dos abismos: la dictadura castrense y la dictadura castrista. Se nos ve ligados a Aniceto Rodríguez. De allí deriva eso de “chetistas”. También, “amarillos” y “reformistas”. Soportamos arrinconamientos, postergaciones y descalificaciones. Hoy a casi 40 años –por sobre el asunto de si aquel desenlace es asesinato o autoeliminación- se exhorta al análisis objetivo de la catástrofe y no a corear estribillos ni a bucear en la nostalgia.
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