Quienes nacen, en Iberoamérica, a fines del XIX y se asoman a las letras leen a este escritor colombiano cuyos libros, folletos y artículos evidencian intransigente anticonformismo. Se adscribe con la la palabra y la milicia al liberalismo extremo y luego al nacionalismo continental. Las nacientes clases medias de aquel entonces -Gabriela Mistral incluida- lo leen con fruición y si pueden concurren a aplaudirlo en las conferencias que profiere en diversas capitales, pues es un errabundo impenitente. Desempeña cargos en la diplomacia de Ecuador y de Nicaragua y gusta del escándalo para autopromoverse. Uno es inaugura la literatura erótica y otro, no posternarse ante León XIII, el Papa de entonces. Con ello incrementa lectores, auditores y nombradía de autor "pecaminoso" y "enemigo de la fe". Publica no menos de medio centenar de obras y cultiva amistad con José Martí.
Es precursor del antimperialismo y de quienes reenarbolan la bandera bolivariana. Señala como adversario a EEUU. Por ese motivo Vargas Vila es cuestionador de la Enmienda Platt que autoriza a Washington a intervenir en Cuba cuando lo estime conveniente y un denunciante de la usurpación de Panamá por Teodoro Roosevelt. Está, sin duda, impactado por la derrota de España por los norteamericanos en 1898. Ese es un factor poco estudiado y detonante de la posturas que asumen los ideólogos del I Centenario. En 1903, publica "Ante los bárbaros".. Es una obra que enjuicia la expansión yanqui comenzada con la anexión de Tejas y la guerra contra México. Por investigar están los nexos que pudo tener , por ejemplo, con Manuel B. Ugarte, su postura ante Sandino y respecto al APRA. Hoy no se le menciona. Su "genio y figura", son desconocidas. Compromiso nuestro es rescatar su legado.
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