No es posible retroceder ni dudar. Hubieramos querido una Corte de Justicia como expresión de UNASUR o CELAC, pero Lima y Santiago -en ausencia de esa instancia- recurren a La Haya. El litigio es por el mar que corresponde a una y otra república.
Más allá y por sobre la filigrana jurídica, mientras vemos con temor que se extiende como mancha de aceite la patriotería envolviendo incluso a tiendas que se proclaman "internacionalistas", CEDECh proclama:
1º su acatamiento -sea cual fuere- al dictamen de esa Corte Internacional de Justicia.
2º su oposición al antiperuanismo en Chile y al antichilenismo en Perú.
3º en concordancia con la doctrina sostenida por ilustres compatriotas -de O´Higgins a Felipe Herrera- reitera su adhesión a la complementariedad y la concordia de las patrias del Cono Sur. Ello sin dar ni un paso atrás.
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