¿Que es lo nativo, lo
aborigen, lo autóctono, lo criollo, lo indígena? En las crónicas de la
Conquista se habló de los primitivos habitantes como de "naturales".
Luego se impondrá el error de Cristóbal Colón y se alude a "indios". Alguien con más de dos dedos de frente propone
"amerindios" porque no poseen ningún parentesco con los oriundos de
la patria de Gandhi, Nehru y Tagore.
Sea como fuere ese
mundo heterogéneo que se extiende de algonquinos y hurones a yaganes y onas hoy
no existe. En el contexto iberoamericano no suman más del 5%. Sin embargo,
una corriente de opinión se la juega por las "minorías étnicas".
Ello no es injusto, pero el estruendo, tan sobredimensionado supone que se
olvida a la "mayoría étnica" que cubre no menos del 90% restante. La
contundente masa es de casi 400 millones de habitantes.
A medio milenio
de historia cabe preguntarse ¿esa muchedumbre en Chile hispanopicunche, en Perú
hispanoquechua, en Bolivia hispanoaimara, en México hispanoazteca,
en Paraguay hispanoguaraní, en Brasil lusoangoleña... acaso no es nativa?
¿No nace aquí? “Natividad" -igual que "nacionalidad"- es un
concepto que se origina en nacimiento, dicho de otro modo, se refiere a la
cuna. Imposible sostener que esos 400 millones carezcan de
"abuelos" porque de allí deriva "aborigen".
Por cierto, disponen
de abolengo, dicho de otro modo, de antepasados. No hay duda son
autóctonos y no alóctonos. En su gigantesca mayoría -recurriendo a una
metáfora- no se han bajado ayer de los barcos, sino se vienen descolgando hace
siglos de los Andes. Arraigan en este "mundo ancho y ajeno". Por eso
son criollos aquellos beneficiarios del ius
soli y con mayor razón los que añaden al "locus" la sangre, es decir, el ius sanguinis.
Como lo anotan en
verso el peruano Nicomedes Santa Cruz y el cubano Nicolás Guillén, en
antropología Gilberto Freyre y en canto el panameño Rubén Blades esa
"mayoría étnica" es fruto de la mezcla. De esas sangres que se
funden en la epopeya de iberización cuyas fuentes están en el Nuevo
Mundo y aquellos otros afluentes provenientes de la Península y de
Africa. Esos “mancebos de la tierra” y aquellas muchachas
"champurrias" son los nuevos indígenas.
“Iindígena" es
quien es propio de un lugar así Isabel II y el Presidente Hollande
son indígenas, respectivamente, de Gran Bretaña y de Francia. Ha sido
incorrecto el uso de esta expresión tanto como aquel gentilicio erróneo de
Colón quien -el 12 de octubre de 1492- anota que había recalado en "las
Indias" y, por ende, tainos y caribes eran "indios" y por
extensión tal etiqueta abarca todas las colectividades cobrizas que habitaron
de Tierra del Fuego a
Canadá.
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