En diversos medios se conmemora el Golpe de Estado del 11.09.73. En las versiones hay tres ópticas nocivas. Una, se visualiza el hecho sin pasado, es decir, sin aludir a los antecedentes. Lo segundo es presentar la pugna como entrevero entre "bondadosos" y "perversos". Sin duda, un maniqueismo muy propio de toda nuestra historiografía. El tercer factor es ignorar fenómenos externos que influyen en incubar y luego desatan la tormenta.
Ese tercer factor omitido en los análisis es la ingerencia en nuestros asuntos internos de los dos imperialismos que entonces se disputan el control del planeta. No hay esclarecimiento de la ligazón de las cúpulas de las FFAA y de las cúpulas del allendismo con uno y otro imperialismo. Hay que exigir a los jerarcas de la UP y a los generales y almirantes confiesen a la ciudadanía que puentes se tendieron unos, al Kremlin, la RDA y La Habana y los otros, al Pentágono y la CIA.
Restringir lo acaecido sólo a la represión -detenciones, ejecuciones y torturas- constituye un lamentable reduccionismo y combustible para la "industria del odio". Se debe entender que Chile no es una isla y eso de "ser un país independiente y soberano" no resiste una evaluación fina. Lo anotado es desagradable para los contrincantes de 1973. Sin embargo, "la verdad entera es fiel compañera".
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