Planisferio eurocéntrico |
Existen dos planisferios. Uno –el
más frecuente- pone a Europa céntrica y
al Nuevo Mundo periférico. Así jamás se internalizan, en plenitud, tres datos claves: nuestra tricontinalidad y como derivado la concepción de Chile como país tributario del Pacífico y, por ende, vecino de Asia y Oceanía y con
vocación antártica. Mas, la rutina magisterial y periodística es mayúscula. El
otro es escaso. Invierte la representación del mundo. La cuenca oceánica aparece sin corte. Aquel es producto de nuestra afición al calco. Este otro, un esfuerzo por revertir la manía imitativa.
Planisferio americocentrico |
En la cartografía hay también
afán de desprendernos de lo propio y asumir lo extranjero. En los mapas, por
ejemplo, se anota Mar de Drake. Lo discutido será si es “Draque” o “Dreic”. Los bilinguistas imponen la segunda pronunciación… Sin embargo, el nombre
auténtico no enaltece al pirata desalmado que saquea e incendia ciudades
chilenas, sino al marino ibérico Francisco de Hoces. Este, en 1523, lo descubre
y por eso se bautiza Mar de Hoces, pero se impone la anglomanía. Esta salta de la toponimia a la antroponimía con sus miles de Jonathan
y Johnny así como Joselyn y Yessika. Lamentable, muy lamentable.
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