BIENVENIDO, PRESIDENTE OBAMA, PERO…
Cuando Chile, en economía, se hace competitivo en algunos rubros surge el asunto de las uvas envenenadas. Washington nos castiga con una increíble dureza. Arruina incluso nuestra llegada al mercado japonés. Cuando se establece que aquella fruta es inoculada con cianuro en territorio norteamericano, nunca se nos indemniza. En la II Guerra Mundial, EEUU exige entregarle cobre a un precio irrisorio (11,7 centavos de dólar la libra, cuando el valor mercado era 25 centavos). Este país pequeño paga un costo calculado en 11 mil millones de dólares actuales, (la más grande contribución per cápita, pues éramos sólo 5 millones de chilenos). Lo mismo ocurre en la guerra de Corea.
En política, a la Casa Blanca no le gusta Allende e interviene. Después no le gusta Pinochet y también actua... Chile siempre ha ámbito donde EEUU practica sus principios con extrema severidad, por ser irrelevante a sus ojos. Ello mientras en países claves para Washington hacen la vista gorda con esos mismos conceptos. Por eso, bienvenido Presidente Obama, pero comprenda que a este país le ha costado muchísimo ponerse de pie y avanzar. Ayúdenos simplemente respetando el libre comercio y dejándonos funcionar. Reconozca que tanto nuestra economía como nuestra democracia las hemos construido solos, a través de gobiernos de diversos símbolos, pero todos responsables.
Karin Ebensperger
El Mercurio, 22.O4.11
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