Es cierto -¿quién podría dudarlo?- que tres desempeños sobresalen por su componente valórico: el magisterial, el castrense y el eclesiástico. Obvio, cualquier otro debe estar sujeto a la ética: la relojería, la medicina, la dentística, la ingeniería... Sin embargo, la sociedad enfatiza en que el docente, el militar y el sacerdote no sólo deben ser, sino también parecer impecables. Los casos de pedofilia acaecidos en la Iglesia motivan escándalo. Lo de Maciel y Karadima nos parecen hechos abominables.
Lo anotado, sin embargo, se usa para desprestigiar a la Iglesia. Eso implica peligro. Estemos en guardia ante la campaña denigratoria. "Ojo al piojo", reza el refrán... y el piojo son oscuras fuerzas sin rostro. Una es el "progresismo" cuyas banderas: la pornografía -con pretexto de abolir la censura-, la drogradicción, la homosexualidad, el divorcio y el aborto, en suma, lo permisivo evitan todo comentario. Otras son las mafias del dinero y la Internacional rosa. Es urgente estar atento para atajar a quienes se proponen demolerla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario