En política exterior el ABC es la
alianza de Argentina, Brasil y Chile. Se trata de una iniciativa carioca y en
Santiago lo apoya el Presidente Ramón Barros Luco (1910-1915). Este mandatario
-juzgado anodino y conocido por sus chascarros- con la asesoría de su canciller
Alejandro Lira suscribe ese pacto de no agresión, consultas recíprocas y
arbitraje obligatorio.
El resto del Continente evalúa este
I ABC como la asociación de los “tres grandes australes” y se le señala como la
“entente sudamericana”. Washington no oculta su malestar. Lo visualiza un
obstáculo a su tutoría. El esfuerzo muere al no lograr aprobación de los
respectivos Poderes Legislativos. No obstante, constituye un importante
precedente.
El ABC posee otra versión.
Corresponde ahora la iniciativa a Buenos Aires. La impulsa –en 1953- el
Presidente Perón. Este estadista ya como docente de la Academia Militar de su
país desarrolla la tesis de un bloque sumando Argentina, Brasil y Chile.
Encuentra eco en Getulio Vargas y en Carlos Ibáñez. No obstante, Itamaraty –con
apoyo solapado de Washington- pone cortapisas.
Poco después
el mandatario gaúcho se suicida. Entonces reemplaza el ABC por el plan
de los EEUU andinoplatenses. Aquí encuentra cerrada oposición. Ibáñez
retrocede. Ya no es el impetuoso caudillo de 1927. El proyecto se archiva y hoy
lo revive el MERCOSUR, pero La Moneda opta primero por el ALCA y por la Alianza
del Pacífico ahora. Viraje digno de Guiness.
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