Una estudiante ecuatoriana hace noticia. Víctima de la
xenofobia de sus condiscípulos huye a su país. La detienen en Chacalluta.
Estalla el escándalo. El MINEDUC le proporciona, como metódica remedial,.. “tratamiento psicológico”. Me pregunto ¿y qué “tratamiento...” dará a los victimarios? Me refiero a esos
morochos mestizos que como angloboers en Sudáfrica imponen, en las narices de
sus docentes, un grosero apartheid... Olvidaba: “somos los ingleses de América
del Sur”.
La furia blanquista de los alumnos antofagastinos
contra su condiscípula mulata posee una vertientes social. La chilenidad ha
sido adoctrinada en un perverso racismo que la empuja a despreciar lo
latinoamericano. Es el excepcionalismo chilensis manifestado en grotescas
actitudes de jactancia. Esta claro que eso de la hospitalidad chilena es un
mito y Chito Faró se equivoca al cantar
“como quieren (en la copia feliz del Edén) al viajero cuando es forastero”.
Lo doloroso es que tan dañino racismo no fue contenido
con drásticas sanciones al interior del Liceo “Mario Bahamonde”. Allí, con
certeza, estuvo ausente la energía rectificadora del cuerpo docente. La tarea
educativa ¿acaso se reduce a explicar un tema en aula? ¿Será que los profesores
renunciaron a sus atribuciones disciplinarias siendo impotentes para defender a
la ofendida ante la patota de ofensores? ¿Están mutilados de facultades o
enfermos de apatía?
====
(*) Texto publicado el 14.11.2004. Se juzga su contenido vigente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario