viernes, 15 de agosto de 2014

LO ANDINO

Es una identidad que está por encima y por debajo de los límites interestatales. Abarca lo sustantivo del Incario que después es el corazón del Virreinato del Perú. Eso explica, por ejemplo, en Chile el éxito de Los Jaivas y del Inti Illimani.

La política de Los Huasos Quincheros, durante el pinochetato, apunta a reducir lo criollo a lo colchagüino. La misma cueca está aquí y en los tres países vecinos. No sólo la música y la danza son escenario de riña. También abarca  lo comestible y lo "bebestible".

Se deplora entonces la protesta de La Paz por el charango, aunque no se puede ignorar que Evo se luce al obsequiarlo a nuestra Presidenta. Hay litigios con Bolivia por la Diablada y con Perú por el pisco y ahora por la papa. La paradoja reside en que lo controvertido, en lo esencial, empuja a la integración.

Los contrincantes –intoxicados de patriotería- no visualizan que nuestras patrias poseen como sello común lo mestizo indoibérico. El charango, la papa, la empanada, el poroto, el pisco son algunos de innumerables elementos que constituyen la megaidentidad andina.


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