martes, 1 de abril de 2014

ANTOFAGASTA ¿PROVINCIA BOLIVIANA?

Millones de chilenos quedan estupefactos por spot sobre Bolivia en que el Presidente Lagos aparece reconociendo que Antofagasta fue boliviana. Los asuntos limítrofes son complicados. Hispanoamérica –en conjunto- lo integran provincias españolas cuyo eje –por tres siglos- es Madrid. La Independencia implica quiebre con España y también el comienzo de litigios de frontera entre las jóvenes repúblicas fundadas sobre los escombros del Imperio de Carlos V y Felipe II. La Audiencia de Charcas, base del Estado boliviano, tuvo borde costero en el Pacífico como apéndice de Potosí. Chile limita siempre con Bolivia y no con Perú. Con otro prisma: todo el Cono Sur occidental es Virreinato del Perú... Con la emancipación se acentúa la presencia oceánica de Bolivia creándose el Departamento del Litoral que engloba la actual II Región a la cual alude el mandatario chileno.

Manifestar “Bolivia jamás tuvo mar” o “siempre fue mediterránea” es afirmación errónea o empapada de patriotería. En esa esfera más objetivo es Abraham König quien proclama que a Chile le asiste sobre Antofagasta “la victoria, suprema ley de las naciones”. La Guerra del Pacífico comienza el 14 de febrero de 1879 ocupando tropas chilenas el puerto de Antofagasta. Pretexto: La Paz eleva el impuesto al quintal de caliche. Sólo tres meses más tarde se declara la guerra a Perú. El 21 de mayo es el combate naval de Iquique. Eso es ya la actual I Región a la sazón provincia sureña de Perú y también rica en guano y salitre. Las FFAA de Chile logran excluir a Bolivia del conflicto y ocupan el Perú hasta 1883. El postrer jalón de la conflagración es el Tratado de 1929 mediante el cual se traza la Línea de la Concordia y se reintegra Tacna.


Antes de ese choque armado –bajo el cual se ocultan intereses británicos- la ciudad más septentrional de nuestro país es Copiapó y el límite nortino, el Desierto de Atacama conocido como “despoblado”. Bolivia comenzaba por el sur en la desembocadura del Salado (paralelo 25) finalizando al norte en el estuario del Loa (paralelo 21). Total: 560 kilómetros de playa. La Moneda acredita Consulados en Antofagasta con agentes en Taltal, Cobija, Mejillones y Tocopilla. La explotación de las covaderas y del nitrato de sodio atraen a empresas anglochilenas con su multitud de operarios y técnicos. La presencia del Estado boliviano es precaria en la esfera demográfica, administrativa, castrense y empresarial. Ello lo advierte Santiago y precipita la ocupación del litoral boliviano en la fecha preindicada. Había comenzado La Guerra del Pacífico y con ello el encierro de Bolivia.

La Casa Rosada emprende en ese mismo momento la Campaña del Desierto. El modelo norteamericano inaugurado por Sarmiento se continúa con Roca en orden a expandir la argentinidad sobre las patrias de los “pieles rojas” australes. La tecnología moderna permite barrer a los aborígenes que contreñían al país de Martín Fierro a un segmento de la masa geografica de ahora. El desquite del criollo ante el amerindio equivale a la de los rusos sobre las colectividades mogoloides. De atemorizados ciudadanos pasan a verdugos y amos. Se apoyan en el rifle automático, el telégrafo y la ferrovía. Mientras Chile despoja a Bolivia de Antofagasta y a Perú de Tacna, Arica y Tarapacá y lo somete a pillaje, la tropa de la Argentina moderna ocupa el sur hasta Tierra del Fuego. Hoy nuestros despojadores se quejan del presunto despojo. Se escucha siempre “Nos robaron la Patagonia”...

Reyertas, tiranteces y resquemores entre los fragmentos de Hispanoamérica generan problemas que acentúan el subdesarrollo y la dependencia. El alma colectiva –generación tras generación- se envenena respecto al vecino. Tras el hito fronterizo se agazapa el enemigo. Hay que prepararse para la defensa o la revancha. Ello supone el montaje de FFAA sobredimensionadas y costosas. Las iniciativas de complementariedad mueren o son castradas por la altanería de unos o el resentimiento de otros. Brota una cultura chauvinista que conduce a visualizar al habitante de la patria vecina como dotado de  taras congénitas. Son pocos los que escapan a esa percepción aldeana de patria. No basta un corte político (izquierda y derecha), sociológico por estratos o funcional (civiles y uniformados) para separar a quienes son y no son patrioteros. Los secuaces del teniente Chauvin están en cualquier sitio


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