A propósito del Día Internacional
de la Mujer CEDECh puso de relieve –a título de símbolos- a Inés de Suárez, Eva Perón,
Adriana Olguín de Baltra y Milenca Rojas. Hubo de inmediato reproches, la
hispana porque –arma en mano- resiste la ofensiva picunche y la argentina
porque sería la esposa de un dictador. Se escapa doña Adriana sólo porque de
ella se dispone de borrosa información. En cuanto a la nadadora chilota su
reseña se estima “una tomadura de
pelo”. Sería un chiste mencionarla
entre “personajes históricos” y además por un asunto deportivo.
Una fobia denigra lo ibérico. La
otra, lo argentino. Son nocivos prejuicios: Chile es Chile por obra de España y
lo emancipa el generalísimo José de San Martín. Ignorar a la primera mujer
Ministro de Estado también es producto de la declinante potencia educativa de
la Asignatura de Ciencias Sociales. El menosprecio por la proeza de cruzar a
nado el Canal de Chacao evidencia desdén por la cultura física, fuente de vigor
y alegría y muro de contención de la celulitis, el alcoholismo y la droga.
Milenca –en lo profundo- atenúa el viejo divorcio entre población y
paisaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario