lunes, 8 de septiembre de 2014

FACCIONES EN LA INDEPENDENCIA

Si en la Presidencia de Allende la ciudadanía se parte en dos bandos y recíprocamente se descalifican como “momios” y “upelientos”  algo equivalente ocurre durante la emancipación. Quienes la propician se autorrotulan  “patriotas”. Los que están en la otra barricada se proclaman “leales”. Los enemigos de la monarquía son “traidores”, pues vulneran el juramento de fidelidad a la Corona. También se les tilda de “insurgentes”.

Al menos en Chile una minoría logra imponer la tesis de la Independencia. Son conocidos como “exaltados” hoy se les calificaría de "extremistas" o "ultrones". Su éxito deriva del apoyo que le brinda la bisoña clase militar que recurre a la estrategia del “pronunciamiento”. Primero arrincona a los "realistas" y después anula a los "moderados". La expresión "realistas" suele confundir a nuestros alumnos porque la etiqueta también se usa en Literatura y Filosofía.

Los "exaltados" -rupturistas frenéticos- descalifican a sus adversarios como “maturrangos” –jinetes mediocres- y “sarracenos”denominación hispanocristiana de los moros. También se usa “godos” apelando al ancestro gótico de los peninsulares y en otras latitudes “chapetones” o “gachupines”. No es frecuente que, en la documentación de la época, se use “monarquistas”. Tampoco "absolutistas", pero si “fernandinos” aludiendo a Fernando VII.

La abrogación de la Carta de 1812  cierra la posibilidad de diálogo entre las facciones. Antes Bolívar ha invitado a Fernando VII  a encabezar una Comunidad hispánica de Estados equivalente a la actual Commonwealth. Este y otros factores motivan -entre varios- a Andrés Bello, a Laureano Vallenilla Lanz y André Marius a concebir la Independencia como una guerra civil al interior del Imperio edificado por Carlos V y Felipe II. No sería entonces una guerra internacional entre una vieja nación europea y veititantas brotadas en el Nuevo Mundo.

Los denominados “pueblos originarios” apoyan a la Metrópoli y la muchedumbre mestiza es neutral y usada como “carne de cañón” por uno u otro bando. La pugna es entre españoles sean "metropolitanos" o "ultramarinos". Vale la pena añadir dos datos: uno la voz “república” es de uso muy tardío y, por ende, el marbete de “republicanos” no es empleado en el proceso emancipador. Jefes, oficiales y soldados ya derrotados, en su mayoría, se quedan aquí. Los que retornan a la Península son apodados “ayacuchos” debido a la macrobatalla que eclipsa la autoridad de la Corona.

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